Diocleciano, un emperador revolucionario, intrépido, pero también más brutal que sus predecesores, construyó un enorme palacio en el centro de Split. Hoy en día, este palacio bien conservado no sólo es el centro de la ciudad, sino que también forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y es una especie de marca registrada de la ciudad. El palacio es sólo una de nuestras paradas durante nuestros paseos por la ciudad. Aproveche su tiempo libre para ir de compras, almorzar en una de las tabernas locales, o simplemente disfrutar del sol y del hermoso clima de esta ciudad siempre joven mientras toma un café en su paseo marítimo.
Nuestra siguiente parada es Trogir, una ciudad de piedra situada en una isla conectada al continente y a la isla de Čiovo por puentes. El casco antiguo de la ciudad, protegido por la UNESCO, es un verdadero tesoro para los amantes del arte de la arquitectura, del Renacimiento, del Barroco y del Románico. Trogir es también llamada la ciudad-museo. La razón principal de su apodo proviene de un portal hecho por el maestro Radovan en la misma entrada de la catedral que data de 1240. La logia de la ciudad del Renacimiento, sus pequeñas y estrechas calles y plazas, sus múltiples restaurantes, cafés, tiendas de souvenirs y galerías, así como sus eventos culturales y musicales, le dan a esta ciudad un ambiente mediterráneo.